Escapada a Disneyland Paris en Fin de Año
Pasar el fin de año en Disneyland Paris es una maravilla. El parque está precioso y te invade el espiritu de la Navidad junto con la magia de Disney.
Donde podríamos ir en Nochevieja, en modo «escapada de cuatro días”, que no hayamos estado y que a Héctor le pueda gustar?…. DISNEYLAND PARIS!!!!
Aún veo la cara del padre de la criatura mirándome como si hubiera dicho una locura!. Pero como buena aragonesa, cabezona, le convencí de que era la mejor idea del mundo, que hacía mucho que quería llevarlo allí para que lo viera (al padre), que si al niño le iba a encantar, que era una escapada perfecta por las fechas navideñas y un largo etcétera al que finalmente sucumbió, y ese fue el pistoletazo de salida para preparar una escapada tan inolvidable como acelerada.
PREPARATIVOS DEL VIAJE

Entrada al parque Disneyland

Entrada a Walt Disney Studios
Yo ya había estado años atrás en el parque pero entonces sólo existía Disneyland Park, y la verdad que tenía un buen recuerdo de aquella visita. Actualmente hay dos parques juntos pero con recintos separados, Disneyland Park y Walt Disney Studios, por lo que la oferta en diversión se duplica al mismo nivel que las personas que lo visitan.
Ambos se encuentran en la localidad de Marne-la-Vallée, a una media hora del centro de Paris y puedes llegar allí con el RER A. Es la línea de metro que comunica el centro de Paris con Disneyland o puedes desplazarte en coche y dejarlo en el parking del parque, previo pago de las tarifas de aparcamiento estipuladas en función del vehículo que lleves.
Nosotros normalmente viajamos según oferta en vuelos, así que las fechas que se nos acoplaban eran del 29 de diciembre al 2 de enero. Vuelo directo low cost con Ryanair, nos dejaba en el Aeropuerto de Beauvais, aeropuerto secundario o casi terciario, porque está a 85 kilómetros de Paris.
Decidimos alquilar un coche para los cuatro días, por varias razones. La primera que nos permitía libertad de movimiento, fundamental para nosotros y la segunda que las combinaciones existentes para llegar a Paris no es que sean muy variadas ni asequibles, lo que mejor nos salía era alquilar vehiculo a pesar de que los precios no son nada baratos.
Como tampoco necesitaba alojarme en el centro de Paris, busqué una opción más económica, un apartahotel a las afueras de Paris, porque prefería tener cocina para los desayunos y cenas con el niño, y también me interesaba que estuviera relativamente cerca de Disneyland.
Encontré Residhome Neuilly Bords de Marne, en Neuilly – Plaisance, es un barrio periférico de Paris, a unos 20 minutos en coche de Disney, y en la puerta del hotel está la parada del metro que lleva hasta la mismísima puerta del parque en 10 minutos.
Una vez comprado el vuelo, reservado el coche y el alojamiento, sólo me faltaba adquirir las entradas a Disney. Consideré que dos parques en un día era casi imposible, y tres días nos iba a empalagar tanto Mickey, así que la opción de «2 días / 2 parques» era perfecta, porque aún me quedaba uno para escaparnos a Paris a ver la Torre Eiffel que tanta ilusión le hacía a Héctor.
Las entradas para Disneyland Paris vía internet directamente con la página oficial, seleccionas, pagas e imprimes. Pero cuando llegas a la puerta de entrada al parque hay unas máquinas donde tienes que pasar el código de barras que te aparecen en tus folios impresos, y entonces te salen las auténticas entradas que leen los tornos, no hagáis como nosotros que dimos vueltas como pirulos e hicimos cola para nada.
Casualmente había ocurrido el atentado terrorista en Paris un mes antes y estaba el país en “estado de sitio”, así que antes de comprarlas decidí llamar a Disney para asegurarme de que estaría abierto igualmente durante esos días. Me informaron que no había problema, habían duplicado la seguridad en el parque y no se preveían cambios en la programación, al revés, el día de Nochevieja se cerraba a la 1 de la madrugada y había fuegos artificiales en ambos parques (cosa que sólo ocurre en fechas muy señaladas).
La amable señorita que me atendió por teléfono me sugirió que ya que iba a coger entrada para dos días era mejor que fueramos los días 30 y 31 de diciembre, porque el 1 de enero todo el mundo tiene fiesta y los franceses suelen llenar el parque, por lo que no me garantizaba la entrada de ese día por aforo completo……muy alentador!
DESCUBRIENDO LA CIUDAD DE BEAUVAIS

Catedral de Beauvais
Como os he dicho nuestro vuelo aterrizaba en Beauvais, decidí investigar un poco en internet antes de ir por si había algo interesante en aquella ciudad al norte de Paris y efectivamente tenía algo que me llamo la atención, una Catedral maravillosa.
Así que tras recoger el coche de alquiler fuimos a pasar la tarde en esa pequeña localidad francesa antes de ir al apartahotel.
Beauvais es una pequeña ciudad al norte de Paris, de la región Picardia, tiene un aeropuerto de tamaño reducido con dos terminales y es utilizado por compañías aereas de bajo coste como Ryanair.
Las comunicaciones con Paris son pocas y caras:
- Autobús: Hay un servicio de autobús que conecta el aeropuerto con Porte Maillot en el centro de Paris, cuesta unos 16€ por persona y se supone que sale entre 15 y 30 minutos despues de llegar el vuelo, le cuesta mas o menos 1 hora y 15 minutos llegar a Paris. Sinceramente nosotros no vimos ningún autobus esperando, pero también es cierto que ibamos a por el coche, igual estaba esperando en otro lugar de la terminal.
- Tren: Existe la posibilidad de coger el tren que conecta Beauvais con la estación Gare du Nord, en 1 hora y 15 minutos, cuesta unos 15€. Pero este tren no sale directamente desde el aeropuerto sino que hay que desplazarse en taxi o bus a la estación de tren de Beauvais, por lo que se encarece.
- TAXI: Es la opción más cara, viene a costar unos 130€ – 160€, dependiendo de si el trayecto es diurno o nocturno.
- Coche de alquiler: Es una opción cómoda si vas a utilizarlo todos días y vas con niños, cuesta entre 50€ – 70€ al día, más el elevador infantil (14€ ), seguro cover, combustible….pero te permite libertad de movimiento si vas a visitar los alrededores de Paris o quieres llegar a Disneyland por tu cuenta.
Al llegar a Beauvais casualmente aparcamos en la calle de la Catedral Saint-Pierre.
Quizá lo que mejor la describe es la palabra «imponente». Una Catedral gótica de las más espectáculares que hemos visto, está inacabada pero es grandiosa.
Después de visitarla por dentro y quedarnos realmente sorprendidos de que en una ciudad tan pequeña hubiera semejante monumento, seguimos paseando hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento.
Estaba muy animada, había mercadillo navideño, olia a gofre y crepe por todo y como es peatonal resulta perfecta para los niños. Había una noria y un tiovivo precioso de dos alturas que hacía las delicias de los más pequeños al ritmo de villancico en francés.

Ambiente navideño en la plaza del Ayuntamiento
Un cafe a media tarde en un velador de la plaza, a la luz de unas velas, con una crepe caliente de nutella y la música navideña de fondo fue suficiente para disfrutar el momento. Cuando anocheció del todo nos fuimos en busca de nuestro alojamiento cerca de Paris, había que descansar para coger con ganas Disneyland.
DISNEYLAND PARK Y WALT DISNEY STUDIOS

El reloj de Mickey en lo alto marca el comienzo de un día lleno de emociones!
El parque abre a las 10:00 de la mañana y como ya me habían informado estaba a reventar de gente y eso que era día 30. Dejamos el coche en el inmenso parking al que nos guiaron, una vez aparcado tienes como 10 – 15 minutos andando hasta la entrada del parque, aunque a su favor diré que hay cintas transportadoras hasta la puerta, si consigues subirte en una de ellas, porque había tanta gente que era más fácil caminar.
Una vez superado el acercamiento, llegas al CARTEL DE BIENVENIDA, momentazo emocionante para todos. Héctor con cara de “ya hemos llegado” y acompañado de una sonrisa que no le cabía en la cara, su padre con cara de “madre mía como puede haber tantas personas aquí” y yo pensando muerta de risa “!vaya caras se les ha quedado a estos dos!”, y ahí que nos metemos con nuestras entradas impresas desde casa.
Por supuesto no era tan sencillo. Cuando llegas al maravilloso cartel de “Disneyland”, nada más pasar hay unas cintas de seguridad, tipo las de los aeropuertos, para poner todo lo que llevas y cuando digo todo es TODO, hasta la sillita del niño pasó por la cinta. Que no me parece nada mal pero aquello ralentizó bastante la entrada, con la consiguiente impaciencia infantil de los niños que no entienden porque paramos otra vez si ya habíamos llegado.

La decoración navideña es genial y merece lapena hasta el último detalle.
De nuevo, libres e ingenuos, corremos hacia dentro y cuando llegamos al torno que da acceso, tras una larga cola, una simpática señorita vestida de elfo nos dice que esa entrada no es válida. Nos explica que tenemos que ir a unas máquinas que hay al lado de las taquillas, pasar el código de barras y entonces se activa. Efectivamente la maquinita nos proporciona unas nuevas y pequeñas entradas con codigo QR que valen para los dos días, de esta manera el torno te abre por fin las puertas al mundo Disney.
Bien!!! Una vez conseguido esto, todo fue sobre ruedas, el parque maravilloso, las atracciones muy divertidas, la comida aceptable, el espectáculo de luces, música y agua que hacen por la noche es fantástico y las cabalgatas con todos los personajes, tanto la de la mañana como la de la tarde merecen la pena.
Visitamos el primer día Disneyland Park y el segundo Walt Disney Studios, a nosotros nos gustó más este último.

Filas interminables en todas las atracciones
Pero no voy a engañar a nadie, las atracciones tenían una media de 90 minutos de cola para montarte exactamente 1 minuto y medio o 2 como mucho. Estuvimos dos días haciendo filas, de eso el niño se acuerda perfectamente, porque entretenerlo durante hora y media en cada atracción fue toda una hazaña…. Creo que con la de Dumbo y la de Peter Pan (aproximadamente 2 horas) batí mi propio record de espera en una fila.
No conseguimos fastpass en ninguna atracción, porque a la media hora de abrir el parque estaban agotadas las horas, y las máquinas ya no daban más.
Por la tarde hizo mucho frío, normal en Diciembre, y no hubiera sido reseñable si no fuera porque el parque cerraba a las 21:00h todas sus atracciones, y concentra a todo el mundo, desde esa hora, en la plaza principal delante del castillo, para ver el espectáculo que empieza a las 22:00h de la noche.
Así que estás una horita a la intemperie, yo pensé que no recuperaría alguna extremidad por congelación, pero ahora me rio de la situación porque fue realmente cómica. El niño forrado de arriba abajo y tapado con una manta, su padre y yo bien juntos para darnos calor pero sentados en un banco de piedra frío como un témpano, y con cientos de personas que estaban exactamente igual que nosotros, todo para ver una proyección muy bonita en la fachada del Castillo, menos mal que merece la pena.

Maravilloso espectaculo de agua, luces y música
También destacaría como guinda al pastel, que el día de Nochevieja al cerrar a la 1 de la madrugada se formo un tremendo atasco de personas para salir, y nos costó alrededor de hora y media salir del parque.
Pero en positivo diré que ese día conocimos cenando a una pareja de Oviedo con una nena de la edad de Héctor, y terminamos comiéndonos 12 lacasitos (a falta de uvas) mientras proyectaban la cuenta atrás en el Castillo de la Bella Durmiente, a los niños les encantó la idea!!!

Con la escoba mágica de «Fantasía»
En resumen, fueron dos días intensos en todos los sentidos, pero el niño lo recuerda con emoción y eso es lo que cuenta, aunque no creo que vuelva en esas fechas nunca más!
Con esto no quiero desalentar a nadie eh! Al revés, trato de explicar a través de nuestra experiencia, que bajo mi punto de vista, Nochevieja no es el mejor momento para ir. Básicamente porque va todo el mundo y el parque está overbooking, pero también es verdad que merece la pena ver el árbol gigante de navidad, escuchar los villancicos que resuenan por todo, admirar la proyección en el castillo de la bella durmiente o comerte una lasaña en el lejano oeste, así que lo dejo a elección personal!!!
UN PASEO POR PARIS Y VUELTA A CASA

Eterno Paris…
Día 1 de enero, con la resaca de dos días de parque de atracciones y con intención de pisar Paris, decidimos dejar el coche aparcado en el hotel y movernos en metro, además lo teníamos en la puerta del hotel, así que nos fuimos hasta la parada de la Torre Eiffel.

La niebla no nos dejó verla entera hasta el mediodía...
Héctor a sus cuatro años tiene una tremenda curiosidad por los monumentos importantes de las ciudades. Aunque había visto fotos de la gran torre, él quería ir, fue una decepción enorme llegar y no verla! Había tanta niebla que sólo se veían los pies y decidimos no subir porque no íbamos a poder apreciar la ciudad.
Paseamos por el Campo de Marte, y por un mercadillo navideño que había allí mismo, comimos en uno de sus puestos y cotilleamos los artículos que vendían los comerciantes a ritmo de villancico, fue divertido. Casi cuando nos íbamos, sobre las 3 de la tarde, levantó la niebla y pudimos ver la majestuosa Torre Eiffel.
Aprovechamos para hacernos unas fotos los mayores porque el pequeño estaba frito y agotado durmiendo la siesta desde hacía rato, el pobre al final se la perdió, tendremos que volver…

Un paseo por la orilla del Sena
Cogimos el metro allí mismo, al lado de Notre Dame y volvimos al hotel a cenar, cansados pero satisfechos de los tres días que habíamos pasado, al día siguiente tocaba devolver el coche y coger avión de vuelta a casa. Como Jorge, el papá de la criatura, no había estado en París, le apetecía caminar y llegar hasta Notre Dame.
Como Héctor dormía, seguimos la orilla del Sena, pasando por el Puente de Alejandro III, la Gran Noria, La Plaza de la Concordia, el Museo del Louvre, el Museo D´Orsay y finalmente la Catedral de Notre Dame, con sus gárgolas que impactaron a mis dos chicos.
Cogimos el metro allí mismo, al lado de Notre Dame y volvimos al apartahotel a cenar. Cansados pero satisfechos de los tres días que habíamos pasado nos fuimos a dormir. Al día siguiente sólo quedaba devolver el coche y volar de vuelta a casa.
Si te gustaría vivir la Navidad o el Fin de Año en la magia de Disney es posible que te sea útil mi post Consejos si vas a ir a Disneyland Paris, feliz viaje!
hola! Qué buen plan es siempre Paris! Estaremos atentos a vuestras publicaciones.
Un saludo
Laura y Xavi
Me alegro que os guste! Efectivamente Paris siempre es un acierto, estoy de acuerdo jeje.
Nos vemos por las redes…
Un abrazo!